Friday, June 7, 2019

Reino de pensamientos


Reino de pensamientos

“¿Cómo se siente?”, preguntó una voz a mi derecha. Súbitamente, me desperté. No lo había notado antes, perdido como estaba mientras miraba la quietud del río que tenía ante mí. Extrañamente, no podía recordar en qué estaba pensando… aunque…

—Parece usted muy perdido —dijo la misma voz. Le pertenecía a un hombre que estaba sentando a mi lado. Alto, pelo marrón oscuro, ojos verdosos.

—Le pido disculpas. Por un momento perdí la noción de la realidad.

—No hay problema. Es de esperar que eso suceda cuando uno se concentra en la profundidad del agua. ¿Puedo preguntarle en qué estaba pensando?

—Sí, puede. Pero para serle sincero, no puedo recordarlo. Seguro piensa que soy un demente.

—Para nada. ¿Está usted solo?

—Eso creo, sí…

—¿Eso cree?

—Yo… —repentinamente, me di cuenta de que no tenía respuesta para esa pregunta tampoco. ¿Había ido hasta ahí solo? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde estaba exactamente?

—Tranquilo. ¿Sabe dónde se encuentra?

—Estoy…  ¿en un muelle? ¿Pero qué muelle? ¿Es el de San Juan? O…

—Podría ser. ¿Cómo recuerda usted al muelle de San Juan?

—Bastante parecido a este. ¿Pero a qué se refiere? ¿Es este, o no?

—Depende.

—Por favor… evitemos las adivinanzas.

—No tengo intención de confundirlo más. Pero el lugar en el que nos 
encontramos es básicamente una proyección conformada por la fusión de sus pensamientos principales.

—¿Qué? ¿Una proyección de mis… pero, cómo? ¿Estoy soñando? Esto es un sueño, ¿no?

—En cierta forma, en el gran orden del universo, podría ser. Pero nadie lo sabe en realidad. Los pensamientos son… escurridizos. Como dije, estos son sus pensamientos principales, pero, como usted mismo es un pensamiento… ¿podemos considerarlo a usted un sueño? ¿Una ilusión? ¿Materia o abstracción? Estas preguntas no son fáciles de contestar. Quizás sea imposible contestarlas.

Señor, admito que me confunde. ¿Quién es usted, podría decirme?

—Yo soy un pensamiento también. Uno tuyo. Parte de tu mente inconsciente. Tu evocación del “más allá”. Soy una representación del hambre eterna y siempre presente producida por el deseo de saber cuál es el significado de la existencia. De dónde venís, y hacia donde irás cuando mueras.

—Entonces esto debe ser un sueño, pero… se siente tan vívido.

—Mirá a tu alrededor. Mirá tus pensamientos.

Hice lo que me pedía. Me di cuenta enseguida que lo que en principio parecía un lugar lleno de paz, era en realidad una especie de pandemonio. Lo primero que noté fue un hombre caminando detrás de una anciana que sostenía un paraguas. Claramente él estaba apurado, pero por algún motivo parecía no poder adelantarse a la mujer, que caminaba bastante lento. De repente, la tomó por un hombro y la arrojó al piso, tras lo cual gritó algo ininteligible y siguió su camino. Ambos, la anciana y el hombre, se desvanecieron luego del episodio. Un poco al norte de ese lugar, divisé a una mujer hermosa cruzando la calle. Otro hombre, bastante parecido al que había atacado a la anciana, caminaba un poco más adelante de ella. Un tercer individuo, de aspecto sucio, apareció tras doblar una esquina. Empezó a gritarle algo a la mujer, y aunque no podía entender qué, de alguna manera sabía que la estaba acosando con groserías. Sin mediar palabra, el hombre que estaba caminando delante de la mujer se dio vuelta, caminó hacia el acosador y le asestó un golpe en la mandíbula. Nuevamente, todos desaparecieron luego de que la escena se terminara. Estaba por retomar la conversación con el hombre sentado a mi lado, cuando de reojo vi a una persona parada al borde del techo de un edificio, como si estuviera por suicidarse. Dicho y hecho, saltó, pero luego de caer durante unos segundos, se detuvo en seco y se quedó ahí, levitando, como un mago realizando un truco increíble. Apenas un momento después empezó a moverse, o mejor dicho a volar, cada vez más rápido, hasta que lo perdí de vista. Al mirar hacia arriba, noté que lo que antes me habían parecido pájaros, eran en realidad otras personas, todas volando, libres.

Libres como te hubiera gustado ser a vos.

¿Perdón?

Estas personas que ves, todas, son tus pensamientos. Representaciones. Cosas que hiciste, o que pensaste hacer pero algo, sea una imposibilidad física, normas sociales, timidez o lo que sea, te detuvo.

Entonces, el hombre que atacó a la anciana…

Exacto. Recientemente debés haber pensado en hacer algo similar, porque de lo contrario no lo habrías visto acá. Lo mismo sucede con las personas volando. Aunque, bueno, ¿quién no debe haber pensado alguna vez en volar, no? Y mirá al hombre que está allá, con los gatos... —dijo mientras apuntaba con el dedo a un tipo que se veía extremadamente feliz, rodeado de al menos diez gatos y dándoles de comer.

—Entiendo. De todos modos, lo repito… para ser un sueño, esto se siente muy real.

Decime, ¿qué es lo último que recordás?

Bueno, yo…  —otra vez, no podía recordar. Era desesperante.

Despacio. Hacé memoria.

Yo… estaba yendo a algún lado, creo. Sí… ¿al trabajo, quizás? Estaba caminando. Y luego me subí a un colectivo. Me subí, saqué el boleto, y me senté en uno de los asientos de adelante.

Seguí.

Recuerdo que el chofer estaba yendo un poco rápido para mi gusto, pero pensé “y bueno, llegaré más rápido al trabajo así”.

Muy optimista de tu parte.

Más bien realista. En fin, el colectivo siguió su camino y… ¿dobló de golpe? Sí, algo así. Creo que había un niño que cruzó corriendo la calle y entonces… no, no puede ser.

¿Qué pasó?

El colectivo… ¿se dio vuelta? Y salí volando con el impulso… creo que me golpeé la cabeza contra la ventana de adelante, pero… —me toqué la cabeza instintivamente, buscando algún tipo de herida. Nada.

¿Y entonces?

Nada más. Después recuerdo una especie de oscuridad… y después aparecí acá. Entonces, ¿esto significa que estoy en coma, en un hospital? ¿Es así?

¿Qué pensás?

Bueno, es eso, o estoy…

Muerto.

¿Estoy muerto? Pero… ¿cómo?

Te golpeaste la cabeza bastante fuerte. Probablemente te hayas partido el cráneo.

¡Sí, entiendo eso! Pero fue todo tan repentino, no sé…

¿Y qué esperabas? ¿Una advertencia? ¿Una invitación? —Lo miré, furioso—. Vamos…  esto te lo estás diciendo a vos mismo, ¿te acordás? Soy un simple pensamiento, surgido de tu propia mente.

—Hablás como yo, eso seguro. Bueno, estoy muerto entonces. El final del camino. ¿Qué es esto? ¿El cielo, el infierno, el limbo?

Tu mente.

¿Mi mente? Pero… mi cerebro está muerto, junto con el resto de mi cuerpo. ¿Cómo puede ser?

Los pensamientos tienen un poder propio, ¿no? Incluso afectan la realidad dentro del plano material, a veces. Existen dentro de su propio plano, el astral. Lo que algunos llaman “alma”, no es más que su propia mente, que resuena en el universo. Sos un pensamiento, o más bien, tu mente está compuesta por todos tus pensamientos, en una amalgama que habita el plano astral.

—Y estos… ¿son todos mis pensamientos? ¿Y qué pasa con las otras mentes?

Este es tu propio lugar dentro del plano astral. Hay uno para cada mente. Por supuesto, cada mente está entrelazada con otras. Pensalo como si fuera un tapiz, compuesto por varios hilos, y cada hilo es un tren de pensamientos de una mente distinta.

—¿Podrías elaborar?

—Ah, si ya lo sabés… pero está bien. Yo, como parte de tu inconsciente, siempre he tenido una conexión más fuerte con el plano astral. Por ende, me quedo siempre acá cuando tu mente viaja. Cada uno de tus pensamientos nace acá… en este plano astral, o reino de los pensamientos, como quieras llamarlo. Tu mente está inexorablemente unida a él, pero para acceder… bueno, muy pocos pueden hacer eso. Tu mente está dividida, la parte consciente, la parte más fuerte de tu tren de pensamientos, se une por completo a su recipiente físico, tu cerebro, y por eso está limitada a los sentidos físicos, lo que hace que sea muy difícil que percibas algo más allá del plano material. Una vez que esa conexión se corta, sea porque el recipiente orgánico se daña o simplemente se agota, tu mente queda libre nuevamente, y solo quiere volver a sentirse completa una vez más.

—¿Cómo es que este lugar es tan similar al plano material entonces?

—Tu mente consciente acaba de “llegar”. Vos sos una representación de ella. Habiendo estado tanto tiempo activa de una manera en particular, aún conserva poder sobre el resto de tu tren de pensamientos. Lo que ves es su manera de entender y representar las cosas… repitiendo recuerdos viejos, junto con tu subconsciente. Si hubieras estado en un mundo distinto, o vivido una vida distinta, estarías viendo cosas muy diferentes.

—Mencionaste otros hilos, otros trenes de pensamiento… ¿Por qué no puedo verlos?

—Es solo una manera de verlo. La realidad es que no hay una “distancia” entre los hilos. Ni siquiera están siempre en el mismo lugar. El plano astral no se puede mensurar de esa forma. Vos estás siempre en tu propio hilo, pero dónde un hilo termina o dónde se interconecta con otro, nadie lo sabe. Todos somos pensamientos, después de todo. Y quizás todos seamos parte de una sola mente, perteneciente a un mismo ser.

—¿Entonces solo somos parte de los pensamientos de otra persona, otro ser? ¿Pero, de quién? ¿Dónde?

—¿Lo somos? No estoy dando por hecho de que lo somos. Pero podríamos serlo. O no. ¿Quién sabe? Quizás no todas las mentes pertenecen a un mismo ser. Quizás solo algunas, y quizás hay más de una mente “anfitriona”, en las que residen otras mentes. Quiénes son estos seres, dónde están… no creo que sea posible saberlo. Vos mismo, con tus pensamientos, has creado otros pensamientos. Tus acciones en el plano material hicieron surgir pensamientos en las mentes de otras personas, lo que a la vez creó nuevos pensamientos que pueden haber afectado a otros. Así se van creando nuevos trenes de pensamiento, cada uno formando un nuevo hilo. Pero la verdad es que, incluso acá, no estás en control de todo tu tren de pensamientos. Así es como nos movemos entre distintos mundos… simplemente no es posible ejercer un control sobre eso.

—¿Entonces no me voy a quedar acá?

—Por un tiempo, pero no definitivamente. ¿Cuánto tiempo? No se puede saber. Bueno, si consideráramos al tiempo como un factor medible en el plano astral, cosa que no es. En algún momento, tu mente va a viajar otra vez, a algún mundo, a un nuevo organismo.

—¿Por qué? ¿Por qué sucede eso?

—Ambos planos, astral y material, están inexorablemente conectados. Pensalo como los polos opuestos de un imán. Parte de tu mente viajará otra vez, y se volverá la mente consciente de tu nuevo organismo. Tu subconsciente se queda en un punto medio, y tu inconsciente se queda acá. Ahora, si tu pregunta es cómo fue que todo esto surgió originalmente… lamento decirte que yo, no mejor dicho vos, no tenés la respuesta.  Como dije antes, ¿estará todo esto ocurriendo dentro de la mente de algún ser? ¿Ambos planos, todos los pensamientos? Y si es así, ¿de dónde salió ese ser? ¿Qué controla todo esto? ¿Hay alguna fuerza oculta? Algunas mentes han jugado con la idea de un “Pensamiento Primigenio”, que dio origen al primer tren de pensamientos y de ahí surgieron los demás. ¿Pero de dónde vino?

—Ya veo… ¿no tiene mucho sentido, no? Uno creería que al morir se va a topar con alguna revelación… algo que esclarezca el sentido de las cosas, un propósito. ¿Pero esto? Solamente me genera más preguntas.

—Siempre fue así. Cada vez que la parte consciente de una mente regresa, una “conversación” similar a esta tiene lugar en cada hilo, en cada mente. Hasta que está lista para viajar una vez más. Las mentes están siempre sedientas de conocimiento, de vivir experiencias.

—¿Y los recuerdos? ¿Qué pasa con ellos? ¿Las experiencias y conocimientos acumulados durante los viajes en distintos mundos, a través de distintos organismos?

—Eso es todo lo que somos. Las mentes no somos más que lo que recuerdos y experiencias han creado, en base a un pensamiento que luego originó otros. Recuerdo nuevos pasan a formar parte del hilo, al igual que nuevos conocimientos. Están acá mismo, rodeándote, solo que no podés verlos o acceder a ellos, porque tu mente no está completa, aún está parcialmente dividida y luchando por adaptarse al paso del plano material al astral. Cuando finalmente se unifique, verás el lugar de otra manera, y por supuesto yo no estaré más acá, porque estaremos unidos otra vez: consciente, subconsciente e inconsciente.

—Entonces… mi mente consciente espera. Yo espero.

—Esperamos.

—Esperamos.






No comments:

Post a Comment